viernes, 21 de enero de 2011

1. El Romanticismo y Bécquer

Juan Ramón tiene una trayectoria ininterrumpida en sus obras que se encuentran distinguidas en varias etapas, siguiendo las propias declaraciones del autor.


La primera etapa en la lírica, denominada época sensitiva, se encuentra el modernismo influido por el romanticismo de las lecturas de Bécquer. Cuando tan sólo contaba con diecisiete años el autor andaluz intenta revitalizar el idioma español y se interesa por la lírica formal, con lo que crea un universo particular en ortografía. En la temática hace referencia a sus ambientes provinciales y sus orígenes. En 1903 se publica su primer gran libro “Arias tristes” donde aparece una poesía vestida de inocencia. En la misma línea publicará “Jardines lejanos”.
Por edad, Juan Ramón Jiménez, pertenece a la Generación del 14 o Novecentismo, pero sus primeras obras beben de la fuente de Bécquer (Ninfeas y Almas de violeta, ambas de 1900) y del Modernismo: Rimas (1902), Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904) y Pastorales (1905). Se trata de una poesía adolescente, cargada de recuerdos, evocaciones, paisajes, jardines y atardeceres. Juan Ramón Jiménez escribió un poema en el que se dejan ver sus distintas etapas poéticas hasta 1918. Los tres primeros versos aluden al influjo becqueriano y los cinco siguientes a la etapa modernista:

    Vino, primero, pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a ser una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!

Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh, pasión de mi vida, poesía,
desnuda para siempre!

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