viernes, 21 de enero de 2011

3. Generación del 27

Generación del 27: Juan Ramón Jiménez en el contexto

José Ortega no sólo los acogió en su revista, sino que publicó en las ediciones de la Revista Occidente, que también dirigía, algunos libros de la generación, como el Romancero Gitano de García Lorca, Cántico de Jorge Guillén, Seguro Azar de Salinas y Cal y Canto de Alberti. Mostraba así su apoyo a un movimiento poético que se caracterizaba por la calidad y pureza de su trabajo, y por el afán de alcanzar la esencialidad de la poesía.

Pero más decisivo fue aún el estímulo que los poetas de esta generación recibieron de Juan Ramón Jiménez, al que admiraban como al más puro y hondo poeta de su tiempo. Juan Ramón, entonces en la plenitud de su obra y de su prestigio, era para ellos, en aquellos primeros años de la generación, el maestro indiscutido, cuya palabra era oráculo. Fue Juan Ramón quien editó el primer libro de Pedro Salinas, Presagios, en su bella Biblioteca “Índice”; quien publicó en su revista y cuadernos de poesía -Sí, índice, Ley- poemas de casi todos los poetas de la generación; quien finalmente, digo el espaldarazo a Rafael Alberti, en la preciosa carta que va al frente de la primera edición de Marinero en Tierra, y sirvió de enlace a la generación con la tradición lírica anterior, con Bécquer sobre todo, y más atrás con la poesía popular de los cancioneros, que Alberti y Lorca supieron renovar con arte insuperable.

Panorama general de la Generación del 27
Los autores que forman esta etapa dorada de nuestras letras han recibido otras muchas denominaciones como generación del 25, generación del 24, generación de la amistad, generación de la Dictadura...
La denominación Generación o Grupo del 27 ha triunfado porque recoge el interés de estos autores por la recuperación de un poeta prácticamente olvidado a principios del siglo XX: Luis de Góngora y Argote. Un rasgo que destaca dentro de la poética de este grupo es la atención que prestan a todas las innovaciones aportadas por las vanguardias artísticas, así como la atención preferente a la historia de nuestra literatura. En 1927 se cumplieron trescientos años de la muerte de Góngora, y por este motivo varios poetas se reunieron en el Ateneo de Sevilla para rendirle un homenaje. Este hecho generacional puede ser considerado el punto de unión de un gran número de autores, entre los cuales no se destaca hoy a más de ocho o diez, aunque el grupo pudo estar compuesto en sus orígenes por más de veinte poetas.
Góngora, fue recuperado y valorado en su justa medida es más hoy en día es uno de los grandes poetas de la literatura española, cosa que se debe en parte a los autores del 27.
La nómina de autores del 27 es muy amplia. Los poetas más importantes son Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Dámaso Alonso , Vicente Aleixandre y Gerardo Diego. Hay dos autores que, sin ser de los más importantes, pueden ser citados como autores secundarios: Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Por último, encontramos poetas cuya adscripción al 27 es más problemática por causas diversas, aunque indudablemente formaron parte de la gran eclosión de nuestra poesía en el primer tercio del siglo XX: Juan José Domenchina, León Felipe, Juan Chabás, Pedro Garfias, José María Hinojosa, Antonio Espina, Juan Larrea y Miguel Hernández.
Todos los autores del 27 procedían de la alta burguesía y la mayoría se encontraron en la conocida Residencia de Estudiantes de Madrid. Se trataba de una institución cultural de primer orden en el que los jóvenes autores artísticos se encontraban bajo la supervisión de los intelectuales más importantes del momento, como Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro, Juan Ramón Jiménez o José Ortega y Gasset. Además de los poetas del 27, en la Residencia coincidieron artistas como Salvador Dalí o Luis Buñuel, de ahí sus posteriores colaboraciones en proyectos cinematográficos, pictóricos o poéticos.
En los últimos años se ha impuesto la siguiente separación de las etapas de la Generación, que aúna lo cronológico a lo estético:
1.    Hasta 1927. Influjo de las primeras vanguardias. Tonos becquerianos y modernistas. Poesía pura.
2.    Desde 1927 hasta 1936. La lírica se rehumaniza. Aparece el Manifiesto por una poesía sin pureza en la revista Caballo verde para la poesía, fundada por Pablo Neruda.
3.    Después de la guerra. El grupo se dispersa y podemos considerar que la Guerra Civil Española marcó el fin de la Generación como tal. Lorca murió asesinado; Salinas, Guillén, Cernuda y Alberti tuvieron que exiliarse; Alonso, Aleixandre y Diego permanecieron en España. Cada autor siguió un camino personal y estético, y los lazos que existían entre los autores de la Generación se rompieron bruscamente. Por tanto, la guerra puede ser considerada el elemento disgregador del grupo.

Características de la poesía de la Generación del 27
*Intentan la renovación estética de nuestra poesía. Para ello, toman las innovaciones que aportan las vanguardias, aunque sin olvidar la importancia de la tradición literaria española.
*En sus poemas, cuidan y renuevan la forma a través de la utilización de léxico culto, palabras coloquiales, términos alejados hasta entonces de la poesía, etc.
*La metáfora se convierte en el recurso literario más importante. Se trata de una figura muy adecuada para expresar los contenidos surrealistas.
*En cuanto a la métrica, utilizaron estrofas clásicas como el soneto, el romance o el villancico, pero también innovaron con la utilización de versos blancos, versos libres y versículos. En cualquier caso, la libertad métrica es uno de los rasgos característicos de este grupo.
*Evolucionan desde el punto de vista temático. Al principio la preocupación principal era la forma del poema, el arte por el arte, pero poco a poco (bajo la influencia del Surrealismo) los autores del 27 desarrollan una poesía humanizada, más preocupada por el dolor, la alegría o los recuerdos. La Guerra Civil acentúa esta visión humanizada de la poesía, hasta el punto de que muchos autores se decantan por los temas comprometidos. Observamos que un autor como Alberti, por ejemplo, pasará de la poesía aséptica y pura de Marinero en tierra (1924) al compromiso más profundo en El poeta en la calle (1936).

No hay comentarios:

Publicar un comentario